De no saberse los números

El miercoles despierto. Tengo que ir a Hacienda que está en Usera, y luego en Cuzco a entregarlo todo.
Llego a Hacienda con un plano que me quería llevar a la otra punta de Usera. Pero los ancianitos, tú les preguntas, y ellos te responden lo mejor que pueden, y recopilando la información de 4 jubilados (pobrecitos, es que solamente hay ancianos en ese barrio?) llego a la administración.
Allí todo el mundo majísimo, no como en el paro, que al tío le faltó morderme por preguntarle si las etiquetas de la renta me las daban ellos o no.
Total, ya tengo mis pegatinas, me compro una botellita de zumo de naranja y espero el autobús para Atocha. Claro, con las obras, yo con una falda blanca y escotazo al cuello, me vi atrincherada entre la marquesina y los abueletes que también esperaban el autobús porque me sentía como Marilyn y la faldita.
Total, que al cabo de un autobús y dos metros, llego a Cuzco. Le pregunto a un señor con bigote que por donde crecen los números. El hombre contesta, rascándose la mata de pelo facial "Crecen por la columna, no? Como todos los bichos". Despues de reirnos y darle fuego, me dice que el número que busco está a la derecha, edificio marrón.
La insistencia de este hombre por preguntarme que si seguro ke iba a la planta 13 de ese edificio me desesperó y me despedí de él.
Llego al 141. Me siento en una marquesina a fumarme un cigarro. Entonces noto a mi alrededor decenas de miradas, el callejó vacío...de personas y lleno de policías que me miran raramente. Yo sigo a lo mio con mis cascos. Termino el cigarro, y entro en el edificio. Si había munipas fuera, dentro era criminal. Otra vez la misma mirada de "Qué coño hace esta aqui", asique cuando el portero me pregunta que a que planta voy, todas las cabezas se vuelven hacia nosotros
-Voy a la planta 13
-Tú? A la planta 13?
-Esto...si...
-Y te puedo preguntar a qué?
-A entregar unos papeles para entrar
Risas generales
-No te lo recomiendo
-A ver...en la 13 no está XXXXXXX
-Esto, no....
-Y se puede saber que hay?
-LA FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN
Y ala, todo el mundo descojonandose. Pero lejos de avergonzarme, empecé a seguirle el rollo al portero, que nunca se sabe, que quizá me hiciese falta pasar allí unos dias, etc etc
Llamé a la muchacha con la que había quedado...y era el 147.
0 comentarios